Crisis Educativa

Fuente:

Revista Antesala
Edición 02 de Nov. 2022

Hablar con Luis Lescano, sobre la situación actual de la acreditación de la calidad educativa en los colegios del Perú es  comprender que queda todavía un largo camino por recorrer. Es darse cuenta también de que el presupuesto es el gran problema para que los colegios, sobre todo los públicos, consigan acreditarse.

“Los grandes colegios, que tienen bachillerato internacional y convenios con otros sistemas educativos, no presentan ningún inconveniente; ellos ya demuestran calidad, pueden acudir a agencias internacionales, se autoevalúan y se evalúan. Los colegios particulares medianos que no son top ten, ni tienen bachillerato internacional pero están bien gestionados, pueden tener algunos problemas; sin embargo, cuentan con recursos propios que también les permite evaluarse. Todos estos colegios representan una población estudiantil menor, que ellos se acrediten no te soluciona el gran problema de esa masa estudiantil que está en más de las dos terceras partes de la educación básica.

El asunto aquí es la gran población escolar de los colegios públicos que no está siendo atendida”, nos comenta preocupado.

¿Qué ha pasado con el presupuesto para atender la acreditación de la calidad educativa en los colegios del Perú?

Por parte del Ministerio de Educación (MINEDU), se ha asegurado siempre que no podían implementar el Sistema de acreditación en la educación básica debido a la imposibilidad de atender económicamente cada proceso de acreditación de cada colegio público.

Ten en cuenta que se trata de miles de colegios públicos y la acreditación es un proceso costoso, pues hace falta implementar mejoras en infraestructura, docencia, dirección, gestión, etc.

Se tiene que invertir y en la educación básica se arrastra un problema serio sólo en infraestructura.

Para que tengas una idea, en el 2014, el entonces Ministro de Jaime Saavedra, señalaba que la brecha en infraestructura en los colegios públicos ascendía a 60 mil millones de soles. Ahora, en el 2022, el dice abiertamente, sin ningún tipo de ocultamiento, que esa brecha ha subido a 110 mil millones, casi ha duplicado.

Esto llevó, en momento, a que se decidiera políticamente suspender la acreditación. Ahora, no tenemos acreditación en la educación básica y tampoco hay un sistema de como el que han pasado las universidades. cuando hablamos de aseguramiento de la calidad, me refiero a pasar por procesos de licenciamiento y de acreditación, con la diferencia de que el significa superar condiciones básicas de (mínimas, esenciales). No es que al licenciarte una institución de calidad, solo superas condiciones básicas.

¿Entonces, ¿los colegios públicos no superan esos mínimos? ¿Qué se está generando con esto?

Para la educación básica, ni siquiera se está colocando esa valla mínima, lo que genera que las instituciones educativas públicas no transiten por un sistema de aseguramiento de la calidad que les permita brindar un servicio de condiciones esenciales para los estudiantes. En esta situación, el Estado tampoco permite que los colegios privados pasen por procesos de acreditación, ya que la brecha aumentaría. En términos generales, la educación privada en el nivel superior es mejor que la pública, pues ocurre lo mismo en la básica regular. Los resultados cuando se evalúa a los estudiantes de los privados son mejores que los de los públicos. Ya hay una brecha ¿Te imaginas si se abre más?

El Estado no está permitiendo, por un tema fundamentalmente presupuestal, que entre el sistema de aseguramiento de la calidad por el que tengan que pasar los colegios públicos o privados, tampoco está permitiendo sistemas de acreditación por parte del Sineace. Allí se está generando un serio problema, se está desatendiendo el aseguramiento de la calidad en la educación básica, pues el Estado no deja que entren agencias acreditadoras privadas o internacionales. Entonces, ni lo hacen ni quieren que lo hagan otros.

¿Cómo podríamos superar este problema?

Los viceministros con los que he podido conversar se ven en esa problemática a la que no encuentran salida. Es tanto el presupuesto que se necesita que se tendría que decidir una política de Estado para que, durante el curso de varios gobiernos, pueda ir atendiéndose eso hasta que se regularice porque no es posible reunir todo el dinero para que se acrediten todos al mismo tiempo ni habría la gestión necesaria para que eso se haga, tendría que hacerse a lo largo del tiempo respondiendo a una política de educación básica a largo plazo y no solamente por parte del Estado, tendrían que convocar iniciativas privadas, alianzas público-privadas, etc. Se trata de un esfuerzo conjunto de varios sectores, el Estado no podría hacerlo solo, además acortaría el plazo si es que hay incentivos tributarios, obras por impuestos, en fin, algo que haga que el privado también aporte bajo una política pública que tenga sentido, que sea coherente y ataque el problema de raíz.

¿Cuáles son las consecuencias de esta dejadez en los procesos de acreditación?

En el plano interno, los efectos van a ser que la productividad del país disminuirá, porque esos chicos de la educación básica tendrán poco acceso a la superior. En este momento, nosotros no llegamos al 40% de matriculados de toda la población de jóvenes que hay en edad universitaria de 17 a 24 años. Ese panorama de poco acceso sumado a la poca calidad no va a permitir que tengamos el suficiente talento humano para crecer en productividad y competitividad internamente. En el plano externo, esta dejadez nos va a relegar en la Región respecto a países como Colombia Chile y México que son nuestros socios de la Alianza del Pací- fico y tienen universidades en el ranking de las top ten de Latinoamérica. Perú no aparece y eso va a significar que sigamos atrasados respecto de nuestros pares de la Región. Es un tema que debemos solucionar noso- tros mismos desde adentro con un mínimo de confluen- cia de actores que se propongan planes a largo plazo para ir atendiendo el problema de la brecha en el presupuesto que va en aumento. Todo eso debe hacer- se con el firme propósito de dar prioridad a la educación.

Pero cuando era candidato, el actual presidente prometió priorizar la educación…

Y él es profesor… pero los resultados se están viendo.

Ha tenido respuestas populistas con el ingreso libre a las universidades, lo que significa que el Estado debe poner más dinero que no tiene. Están haciendo propuestas que no son posibles. Si tienes esa otra

brecha en la educación básica, ¿cómo puede proponer eso otro que es llevar gente gratuitamente a la educación superior? Todos los educadores sensatos, independientemente que sean de izquierda o de derecha, han dicho que eso no es viable.

¿Y tantos estudiantes de básica regular afectados? Sus padres no pueden pagar la pensión en un colegio privado y ¿por eso deben aceptar esa educación gratuita que ni siquiera reúne las condiciones mínimas de calidad?

Esa es la lamentable realidad que se agravó con la pandemia. Hubo un grupo de familias de colegios privados, no de los top sino de pensiones bajas, que ni siquiera podían pagar esos montos y se vieron obligados a trasladarse a colegios públicos. Pero eso, en términos generales, significaba dejar de pagar una pensión y no necesariamente recibir una mejor calidad. Es complicado y la pandemia lo ha agravado porque ha habido pérdidas en la formación, no ha sido una formación regular, sobre todo, en estos últimos años en la educa- ción básica, mucho mayor que en la educación superior. Eso lo ha comentado el mismo Jaime Saavedra en el Banco Mundial.

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